martes, 27 de enero de 2009
Evanescence
sábado, 17 de enero de 2009
Nada es un sueño
Y cae en mí la desesperación. De querer tenerte... y rescatar de ti apenas tu silencio. Dejas otra vez en mis manos ese gorrión herido, ese que anhela abrir sus alas... y volar. Otra vez ha caído. Y tú sólo callas. Maldita tu sonrisa mediocre que espanta a tu propia sombra... tanta ironía estúpida, tanta perfección derrotada por un suspiro. Tantas lágrimas derramadas. Ya no creo en tí, ni en tu sombra, ni en tus cuentos. Promesas patéticas... sólo se oyen carcajadas de aquel bufón, a lo lejos...(silencio) También le has matado. Dime, ¿queda algo de ti?. Ya eres tu otro tú. O de todos. O de nadie. Pero nunca el mismo.Vuelves atado a esas cenizas, y vives encogido en tus recuerdos.No me arrastres con tus cadenas, que gritan y duelen. ¿no ves que nada es un sueño?
desaparezco
Ya no creo más que en lo que imagino. Porque son esos sueños los caminos que mis pies andan. Sólo creo en aquello que añoro, en lo que será un arduo destino, porque esta realidad me mata, me da miedo... remueve mis entrañas cada día. Sé que me he convertido en un mísero cobarde... pero si no soy eso, seré aquel que se ahoga con el sabor tóxico de tus besos, queriendo simplemente desaparecer. Déjame tan sólo tumbarme en tus manos, que el aire frío arrope mi cuerpo desnudo... y así, soñar
la caja de desperdicios (la de la fotho soy yo super triste)
“Siento frío
porque llora mi alma”.
Otra vez dejo caer la pluma con desasosiego.
“Que mi alma inunde
tus cabellos, tu nombre”.
Y vuelven a derramarse, temblorosos, fragmentos de versos por el mar del olvido: la papelera de mi cuarto.
Cada noche intento designar con palabras escuetas y extravagantes lo que siento, esa extrañeza que mi cuerpo desgarrador quiere mostrar al universo; esa impotencia que hace a mi mano conmoverse, pero que luego desarma ante la ausencia de valentía, y me considero inútil, porque no puedo convertir mi desdicha, o mis impulsos de pasión, que desbordan por todos los rincones de este pequeño cuerpecito… no los puedo convertir en lo que tanto admiro: en poesía.
Desprecio lo que escribo, apenas un conjunto de sílabas que riman, pura palabrería.
Sueños hechos ceniza, que dejo que vuelen… y que no vuelvo a sentir, por mi estupidez de alejarlos de mí. ¿Y si dejo que sea mi imaginación la que salga a volar? Que se pasee por todos los senderos de cada cosa estipulada y se burle de esa sociedad maldita, con sus normas escritas por delinqüentes de vidas.
Lanzo un suspiro.
(Silencio).
“Arrastré sueños compartidos
con la muchedumbre.
Y al girarme, siento miedo,
Porque me encuentro a mí mismo.
Que mi alma inunde
De suspiros, tus cabellos,
Tanta desordenada melancolía.
Y siento frío
Porque cada noche tengo
Un encuentro contigo.
Esas noches frías.
Sólo un nombre: poesía”a tu lado llore .... y tambien calle
A tu lado lloré... y callé.
Ninguna lágrima conmueve
tu cuerpo frío, impasible,
ese alma que busca otro destino.
No el mío.
Y otra vez el corazón herido.
A tu lado lloré... y callé.
Porque creí tu mentira,
no pensé encontrar en tu mar mi desdicha:
encontré una muerte pasiva
que lentamente ahoga mi aliento.
Encontré en tu felicidad mi sufrimiento.
Me besaste, y de mí una lágrima caía.
Miedo.
Miedo a sentirme sola...
A tener el corazón hecho trizas.
Otra vez.
A tu lado lloré... y callé.
A tu lado. Y no eras tú.
Nuestro muro: unas sábanas.
Tal vez otra luz, otro alma.
A tu lado, yo, oscuridad deshabitada.
A tu lado lloré.... y callé.
Sigue en tí esa cobardía.
Y en mí cien preguntas,
tantas falsas caricias...
No hay respuesta.
Sólo quedan versos de ira.
De toda mi rabia contenida.
A tu lado... yo no sé...
Una lágrima cae.
Desborda todas las palabras escritas,
todo lo nunca impronunciado.
Y en silencio, mientras me marcho,
recuerdo otra vez:
a tu lado lloré... y callé.